“Fráncfort siempre me hace pensar en aeropuertos: todos los vuelos han sido cancelados, las cintas transportadoras están estropeadas, las azafatas están histéricas y los pasajeros corren de un mostrador a otro en procura de algo que no saben qué es. Lo que sucede en Fráncfort haría bien en quedarse en Fráncfort, pero el hecho es que resulta determinante de cara a lo que leeremos uno o dos años después, en especial en lo que hace a la narrativa y al ensayo en traducción. Y las sonrisas nunca duran mucho, en realidad: a tan sólo una semana del final de la Feria, los mismos editores que en sus stands mostraban dientes porque «eso es lo que les jode» protestan hoy el fallo que deja sin efecto la compra de Simon & Schuster por parte de Penguin Random House por «disminuir sustancialmente la competencia en el mercado de los anticipos de derechos de publicación en Estados Unidos». Penguin Random House y Simon & Schuster son —junto con HarperCollins, Macmillan y Hachette— dos de las big five, las cinco empresas editoriales más importantes del mundo; la compra de Simon & Schuster por parte de la primera le habría dado a ésta el control de casi la mitad del mercado estadounidense, cosa que, en palabras del fiscal general adjunto de la División Antimonopolio Jonathan Kanter, «habría reducido la competencia, rebajado la remuneración de los autores, disminuido la amplitud, la profundidad y la diversidad de nuestras historias e ideas y, en última instancia, empobrecido nuestra democracia». Es el mismo argumento utilizado en agosto por Stephen King, quien testimonió en el juicio contra sus propios editores: para King, el mayor perjuicio de la fusión «lo sufrirían probablemente los autores jóvenes, para los que cada vez es más difícil ganar lo suficiente para vivir de su oficio». Naturalmente —pese a Kraus—, Penguin Random House recurrirá la sentencia.” [Sigue leyendo]

La Agenda de Buenos Aires, octubre de 2022.