“Quizás haya algo paradójico en el hecho de que los autores rupturistas de las vanguardias latinoamericanas hayan sido incorporados con tanta facilidad al mismo canon cuyos criterios de valor despreciaban y cuya existencia misma les resultaba inconcebible. Que escritores como Juan Emar, César Vallejo, Pablo Palacio o Martín Adán sean leídos actualmente como miembros destacados de una tradición rupturista o antitradicional, y que esta tradición ocupe un lugar central en lo que llamamos literatura latinoamericana, habla de cambios en los valores que determinan la incorporación al canon, pero también de la riqueza y la solidez de una literatura que ha podido incorporar incluso a aquellos que procuraron socavarla. Una serie de rescates por parte de editoriales españolas pequeñas, y los que han llevado a cabo en los últimos diez años editoriales latinoamericanas y europeas –imprescindibles, en particular, para la recuperación de decenas de escritoras– devuelve actualidad a esa literatura, cuyo pasado completa y pone a disposición de los lectores.” [Sigue leyendo]

La Tempestad. Ciudad de México, septiembre de 2021.