21 de septiembre, lunes

No recuerdo un solo Día de la Primavera en el que haya sucedido algo de importancia, lo cual, tal vez, no sea culpa de la primavera: casi todo lo que me pasó durante los años de la escuela primaria y de la escuela secundaria se me ha olvidado, y lo que tuvo lugar durante el período de la universidad es un recuerdo difuso, parcialmente entorpecido por las sustancias. Anoche soñé que alguien me decía, señalándose: “De este ojo estoy ciego y de este otro no veo nada”. Me parecía que la persona que me hablaba había dado con una manera muy elegante de decir que estaba completamente ciego, y pienso que se podría decir lo mismo de mis capacidades mnemotécnicas: “De la primaria y la secundaria no me acuerdo de nada, y de la universidad no recuerdo ninguna cosa”. Supongo que estaba ocupado pensando en cómo huir de allí, de la servidumbre diaria del colegio y de la pesadilla del disciplinamiento. No recuerdo ningún momento de mi vida en que no haya estado queriendo escapar de algún sitio, pero la verdad es que no recuerdo nada, punto. “Mi memoria no es lo que era”, admite Tintín en una de las entregas de la serie. “¿Y cómo era?”, le preguntan, y él responde: “No lo recuerdo”. [Sigue leyendo]

La Agenda (Buenos Aires), 1 de octubre de 2020.