“No es del todo cierto que la comunicación entre las literaturas en español y en inglés sea fluida, como pone de manifiesto el caso de Gass. Y un problema de comunicación es precisamente lo que tienen algunos de los personajes de sus relatos, por ejemplo el adolescente que protagoniza ‘El chico de Pedersen’, que sostiene diálogos circulares de una violencia no sólo verbal con su padre y su hermano mayor en torno a agravios infligidos los unos a los otros en el pasado y sobre la llegada de un niño de una propiedad vecina que hace estallar la situación por los aires con toda la fuerza de su imaginería religiosa. (Su irrupción en el pesebre de la casa y su aparente resurrección de entre los muertos suponen, al final, la concreción de la promesa cristiana de salvación al menos para el protagonista de la historia.)” [Sigue leyendo]

La Tempestad. Ciudad de México, diciembre de 2021.