[…] conviene repetir que todo escritor empieza por un concepto ingenuamente físico de lo que es arte. Un libro, para él, no es una expresión o una concatenación de expresiones, sino literalmente un volumen, un prisma de seis caras rectangulares hecho de finas láminas de papel que deben presentar una carátula, una falsa carátula, un epígrafe en bastardilla, un prefacio en una cursiva mayor, nueve o diez partes con una versal al principio, un índice de materias, un ex libris con un relojito de arena y con un resuelto latín, una concisa fe de erratas, unas hojas en blanco, un colofón interlineado y un pie de imprenta: objetos que es sabido constituyen el arte de escribir.

Jorge Luis Borges, Evaristo Carriego

 

Queridos amigos de la editorial [tachado],

mi nombre es [tachado] y soy un escritor [tachado] residente en [tachado] que ha obtenido varios premios, incluyendo el Premio Ciudad de [tachado], el segundo accésit del Premio Extraordinario de la [tachado] de [tachado] y el Premio de los Juegos Florales de [tachado]. El motivo de esta carta es someter a su consideración mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de ocho años de trabajo.

«En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» narra la historia de la expedición científica que el gobierno ruso envió, en febrero de 1916, al Amazonas, bajo la dirección de Yuri Tyniánov, con la finalidad de entrar en contacto con alguna de las numerosas tribus amazónicas que por entonces permanecían al margen de la civilización occidental y estudiar el cambio lingüístico. Muy pronto, las enfermedades y los peligros propios de la selva diezman sus filas, así como una serie de crímenes misteriosos cuyo objetivo es evitar que la expedición dé con un secreto que podría cambiar la historia de la lingüística para siempre.

Les agradezco que hayan leído hasta aquí y les envío un saludo muy cordial, esperando su pronta respuesta. Adjunto mi currículo.

[Tachado]

Señoras y señores de la editorial [tachado],

mi nombre es [tachado] y soy un escritor [tachado] residente en [tachado] que ha obtenido varios premios, incluyendo el Premio Ciudad de [tachado], el segundo accésit del Premio Extraordinario de la [tachado] de [tachado] y el Premio de los Juegos Florales de [tachado]. Les escribo porque aún no he recibido respuesta a mi carta anterior, en la que les enviaba para su lectura mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de ocho años de trabajo. Parece que fue ayer cuando me puse en contacto con vosotros por primera vez, pero ya han transcurrido veinticuatro horas: qué rápido pasa el tiempo…

Les recuerdo que «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» narra la historia de la expedición científica que el gobierno ruso envió en febrero de 1916 al Amazonas bajo la dirección de Yuri Tyniánov. Una serie de crímenes misteriosos contribuye a la incertidumbre que asalta a los integrantes de la expedición ante las noticias que les llegan desde San Petersburgo, donde el régimen zarista vive sus últimos días. Y mientras tanto los asesinatos se suceden, cometidos por un bolchevique obsesionado con la lingüística y con la religión que va a hacer lo que sea necesario para que un importante descubrimiento realizado por la expedición no salga a la luz antes de tiempo.

Me permito recordarles también que esta es la primera novela que se ha escrito sobre la Expedición Tyniánov y la primera en la historia de la literatura universal que tiene como narrador a un huérfano ciego.

Les agradezco que hayan leído hasta aquí —porque, ¿en qué mundo viviríamos si los editores fueran incapaces de leer, siquiera, una simple carta? No quiero ni pensarlo— y les envío un saludo, esperando su muy pronta respuesta.

[Tachado]

Señoras y señores,

mi nombre es [tachado] y soy un escritor [tachado] residente en [tachado] que ha obtenido varios premios, incluyendo el Premio Ciudad de [tachado], el segundo accésit del Premio Extraordinario de la [tachado] de [tachado] y el Premio de los Juegos Florales de [tachado], además de varios diplomas acreditativos de su participación en otros concursos, que adjunto a esta carta. Desafortunadamente todavía no he recibido respuesta a mi envío del [tachado] en el que les enviaba para su inmediata lectura mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de ocho años de intenso y exitoso trabajo.

«En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» tiene todo aquello que exigimos de una novela contemporánea. El exotismo de su localización —la selva amazónica, con sus innumerables peligros, que incluyen fiebres tropicales y animales salvajes— puede atraer a numerosos lectores, así como el ambiente de final de época de las noticias que llegan desde San Petersburgo, donde la sangrienta revolución bolchevique está a punto de tener lugar. Además, si leen ustedes el manuscrito hasta el final, verán que mi novela tiene el atractivo añadido de responder al misterio de qué fue de la última de los Romanov, la bella y perspicaz princesa Anastasia, quien forma parte de la expedición amazónica con un nombre falso, cosa que el lector descubre al final del libro.

Añado que, al atractivo de la esmerada reconstrucción histórica de mi novela, resultado de más de ocho años de intensísimo trabajo, y a la trama policiaca, en la que los crímenes atroces que se suceden son realizados por orden directa del sangriento Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, se les suman la tierna historia de amor entre una nativa y nuestro narrador —quien, como les recuerdo, es el primer narrador ciego de la literatura universal— y una advertencia sobre los riesgos que enfrenta nuestra sociedad ante el avance del comunismo apátrida, tema de especial actualidad desde las últimas elecciones en nuestro país.

Les agradezco que hayan leído hasta aquí y les envío un saludo, esperando su extremadamente pronta respuesta. Sugiero a ustedes que incluyan la lectura de mi novela en su lista de cosas pendientes, que seguramente es una lista de cosas que tienen que hacer en este momento. Adjunto dos fotografías, una de cuerpo entero.

[Tachado]

Hola,

mi nombre es [tachado] y soy un escritor [tachado] residente en [tachado] que ha obtenido varios premios, incluyendo el Premio Ciudad de [tachado], el segundo accésit del Premio Extraordinario de la [tachado] de [tachado] y el Premio de los Juegos Florales de [tachado], siendo en este caso el autor más joven en ser galardonado en toda la historia de estos Juegos. No haber recibido respuesta suya a mis mensajes anteriores no me disuade de darles otra oportunidad para considerar la publicación de mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de (ya) más de ocho años de exigente trabajo.

«En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» reúne intriga policiaca, reconstrucción histórica, romance, peligro y aventuras, así como la resolución de dos misterios que mantienen en vilo a la Humanidad desde hace siglos: de dónde vienen los idiomas y qué fue de la última de los Romanov, la bella Anastasia. Si leen ustedes el manuscrito atentamente y hasta el final —cosa que no puedo dejar de recomendarles, sugiriéndoles también, de paso, que, de ser posible, contraten ustedes para ello a un lector cualificado—, verán que esta novela presenta características similares a éxitos de ventas recientes como La [tachado] del [tachado] de [tachado] [tachado] [tachado], Territorio de [tachado] [tachado] y Las [tachado] del tertuliano televisivo [tachado] [tachado]. Dado que mi novela tiene una calidad literaria superior a la de las mencionadas, estoy convencido de que su público objetivo es mayor, siendo una tirada inicial de 10.000 (diez mil) ejemplares la más apropiada, en mi opinión. (Mi conocimiento del negocio editorial es amplio, resultado de varios años de lectura de los suplementos culturales y de importantes conversaciones con mis libreros de confianza. Yo mismo sé mucho de números, ya que soy asesor fiscal matriculado; incluyo matrícula oficial, así como teléfono de contacto por si necesitan mis servicios.)

Para facilitar la lectura del manuscrito éste tiene un interlineado doble y cuerpo de letra de 12 puntos, siendo la tipografía escogida la popular Times New Roman. Puedo enviarles el manuscrito en Arial, también, si esto facilita su lectura. O en Courier New.

Les agradezco que hayan leído hasta aquí. Esperando su urgente respuesta,

[Tachado]

Editorial […],

mi nombre es [tachado] y soy un escritor [tachado] residente en [tachado] que ha obtenido varios premios, incluyendo el Premio Ciudad de [tachado], el segundo accésit del Premio Extraordinario de la [tachado] de [tachado] y el Premio de los Juegos Florales de [tachado], siendo en este caso el autor más joven en ser galardonado en toda la historia de estos Juegos, que en breve alcanzarán su segunda edición. No he recibido respuesta suya a mis mensajes anteriores, pero insisto en darles una oportunidad más —la última— para que publiquen mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de entre siete y nueve años de intensísimo trabajo; es decir, de ocho.

No creo necesario insistir en los numerosos méritos de mi obra, que les resultarán evidentes si leen ustedes con atención y hasta el final, pero me permito enfatizar el hecho de que «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» aúna una extraordinaria calidad literaria con una acción trepidante y grandes dosis de intriga, romanticismo y aventuras. No es fácil encontrar novelas así: como lector de muchos libros de su editorial sé de lo que les hablo.

Quizás no estén ustedes acostumbrados a recibir manuscritos de esta calidad y ésa sea la razón por la que no han respondido a mis mensajes hasta ahora. También es posible que una semana —mi primera misiva es de hace exactamente siete días— les parezca poco tiempo para evaluar una obra de este calibre. Sin embargo, me veo en la obligación de informarles de que no son ustedes los únicos editores que se encuentran en este momento evaluando la novela, y que «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» será un gran éxito siendo publicada por ustedes o —los invito a reflexionar largamente sobre ello— por la competencia, la cual no tendrá impedimento, como no lo tendré yo, en celebrar su buen tino y acierto mencionando que la obra fue rechazada, Dios sabe por qué absurda razón, por la editorial en la que ustedes trabajan. (Por ahora.) De su error resultará, parece evidente, una sucesión de despidos, ya que no escapará a sus jefes —no podría hacerlo, entre otras cosas, porque podría decírselo yo, si coincidimos en la entrega del Premio Nacional de Literatura y/o del Premio Nacional de la Crítica— que es por su dejación que la obra ha sido publicada por la competencia superando ampliamente la tirada de 15.000 (quince mil) ejemplares, si no me fallan los números.

(Les recuerdo que soy asesor fiscal matriculado.) (Y también les recuerdo que no existe empresa en el mundo que no engañe al fisco, y que para un asesor fiscal matriculado —adjunto matrícula oficial— no hay nada más fácil que deslizar un par de «inocentes» comentarios para que éste realice una pequeña inspección de varios meses de duración y consecuencias inesperadas.)

Es posible que mi generosidad les resulte desconcertante, pero aún así les anuncio que esperaré su respuesta dos días más, momento a partir del cual me sentiré libre de proceder de acuerdo con mi conciencia. No podría volver a mirar a la cara a La Literatura si ocultase un instante más mi novela a un público harto de autores sin talento. Así que los invito una vez más a que sigan sus instintos, no los de sus jefes, y esa voz interior que, seguramente, tras leer mi novela, les dirá que tienen en sus manos una obra maestra.

Les agradezco que hayan leído hasta aquí y les envío un saludo apremiante.

[Tachado]

(Así llamados) Editores […],

mi nombre es [tachado] y soy un escritor [tachado] residente en [tachado] que ha obtenido varios premios, incluyendo el Premio Ciudad de [tachado], el segundo accésit del Premio Extraordinario de la [tachado] de [tachado] y el Premio de los Juegos Florales de [tachado]. No he recibido respuesta suya a mis mensajes anteriores en los que los conminaba a publicar mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de ocho años de trabajo.

Una atenta lectura de sus últimas novedades hace que me resulte incomprensible que no hayan ustedes respondido a mi generosa oferta, ya que mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de ocho años de trabajo, comparte algunas de las inquietudes presentes en las —por llamarlas de alguna manera— «obras literarias» que han publicado en las últimas semanas: como ellas, «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» narra una historia en la que la intimidad y temas como la identidad y del duelo están presentes en sumo grado, aunque mejor presentados que en las obras por ustedes publicadas. Cuando el amor entre la nativa amazónica y el narrador ciego de la novela arroja su fruto, la obra se convierte en una indagación sobre la maternidad y el vínculo madre e hija; por otra parte, la destrucción de la selva amazónica, a la que Yuri Tyniánov y su equipo asisten impotentes y a la que tal vez contribuyen al ollar tierras vírgenes como ésas, concita una profunda reflexión acerca de nuestros vínculos con la naturaleza y nuestra responsabilidad ante el cambio climático y el desastre medioambiental, aunque también se exploran cuestiones como la violencia y la inmigración, ya que, cuando la joven y su hija huyen de la selva a raíz de los crímenes cometidos por el bolchevique obsesionado de sangre del que les hablaba en una carta anterior, se refugian inicialmente en una sociedad utópica en la que sólo viven ancianas con graves problemas de dicción, sociedad en la que, por lo tanto, se ponen de manifiesto los mecanismos de sujeción y sometimiento de las personas rechazadas en una historia dolorosa de superación y resiliencia que, pese a todo, nos aboca a un final feliz que combina autoficción y thriller, ya que es la pequeña hija de la nativa la que —ya instalada en España, donde triunfa como periodista televisiva— cuenta su desgarradora historia, en una nota final que abre la puerta a una secuela y a una posible serie, destino natural de todo libro realmente importante como este en estos momentos, si estoy en lo cierto. (Y suelo estarlo: les recuerdo que soy asesor fiscal matriculado; adjunto matrícula oficial, así como teléfono de contacto y dos cartas de recomendación, una de ellas de mi esposa.) Los lectores —lo presiento— se arrojarán sobre mi novela atraídos como una mariposa a una lámpara en la noche: algunos se quemarán y otros terminarán en el suelo y oliendo a quemado, pero muchos más saldrán iluminados de la lectura.

Muy posiblemente no escape a ustedes el hecho de que la dirección de la editorial se encuentra en su página web, de donde yo mismo la he obtenido; pero tal vez sí se les escape el hecho de que cualquiera puede plantarse en su puerta para demandar explicaciones. Yo mismo podría hacerlo, aunque no lo había pensado hasta el momento. (Entre paréntesis, ¿sabían ustedes que su personal de seguridad es notablemente escaso entre las 20 y las 22 horas?) De modo que les recomiendo, sugiero y aconsejo una vez más que lean mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», producto de ocho años de trabajo.

¿Cordialmente?

[Tachado]

Qué hay,

mi nombre es [tachado] y soy un escritor [tachado] residente en [tachado] que ha obtenido varios premios, incluyendo el Premio Ciudad de [tachado], el segundo accésit del Premio Extraordinario de la [tachado] de [tachado] y el Premio de los Juegos Florales de [tachado]. ¿Sabían ustedes que mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» está siendo considerada por numerosas editoriales en este momento? No hay ofertas hasta ahora, pero no tengo ninguna duda de que las habrá en breve, ya que «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]» tiene todo lo que se necesita para constituirse en un éxito indiscutible así como en una obra que señale un antes y un después en la narrativa española contemporánea. Varios críticos literarios de gran renombre a los que se la he enviado a través de las redes sociales la están leyendo, o eso creo. Y una librera me ha dicho que podemos hacer una presentación en su local una vez que haya sido publicada. Además estoy en negociaciones con una agente literaria para que represente la totalidad de mi obra, aunque de momento no ha respondido a mi carta. Y el número de seguidores en mis redes sociales no deja de crecer, si bien es cierto que casi todos parecen estar radicados en países del Tercer Mundo. (Estoy en contacto, por cierto, con un joven nigeriano de familia noble desafortunadamente enfermo que me ha hecho heredero de su cuantiosa fortuna pese a no conocerme en persona: ya les contaré.) Como ven, el tren de las oportunidades sólo pasa una vez, y no son pocos los editores que, por no haber tenido la astucia de subirse a él, ahora vegetan en los márgenes de la industria editorial, desde donde contemplan sus errores del pasado.

Me permito recordarles, pues, que tienen ustedes todavía la posibilidad, y el honor, de publicar mi novela «En lo [tachado] de la [tachado] de los [tachado]», fruto de ocho años de trabajo. La obra ha sido revisada por mí recientemente. Y, pese a que resulta obvio que era inmejorable, he agregado dos capítulos más. En el primero de ellos, al escapar de la sociedad distópica en la que se vieron obligadas a actuar como intérpretes de las mujeres mayores con severos problemas de dicción que las habían apresado, madre e hija se radican en una localidad de la España vacía o vaciada; si bien la localidad nunca se menciona por su nombre, resultará evidente al lector que, dado que en ella la escasa población residente se alimenta a base de chacinados y es ignorante pero noble, puede tratarse de cualquier población rural del país, o de todas. En el segundo capítulo, que señala los rumbos que recorrerán los libros posteriores de la que empiezo a creer que será una pentalogía, la niña de la selva es ya una joven voluptuosa, aunque de profunda religiosidad, que debe infiltrarse en una red de narcotraficantes —con vínculos, por cierto, con el mundo editorial— para salvar al hombre que ama de un destino funesto, en un viaje de autodescubrimiento con el que el lector —no sólo aquel con vínculos con el narcotráfico— se sentirá plenamente identificado, siendo su tirada inicial prevista, en la actualidad, de 20.000 (veinte mil) ejemplares, que calculo que se agotarán en tres días, como sucede habitualmente con los libros de algunas editoriales, según sus fajas. Mi novela es un superventas, lo que significa, por si no lo han notado, que venderá mucho.

(No hubiese sido del todo imposible incluir un nuevo personaje, el de un editor cuya vida es destruida cuando una persona que casualmente ha obtenido su teléfono comienza a llamarlo a altas horas de la noche, llena de spam su correo electrónico y se cuela en el buzón de denuncias anónimas de la editorial donde trabaja para insinuar tocamientos indeseados haciéndose pasar por una empleada. Pero bueno, no se puede poner todo, y las dimensiones actuales del libro —unas 1.100 páginas, sin incluir mi currículo— posiblemente sean suficientes para una primera toma de contacto con los lectores.)

No tomen nada de lo anterior como una amenaza. Estoy seguro de que tan pronto como tomen la sabia decisión de publicar mi novela comenzará entre nosotros una fructífera colaboración y quizás una hermosa amistad. Les agradezco que hayan leído hasta aquí, y me despido hasta que nos encontremos en cualquier presentación de libros publicados por ustedes o, quién sabe, cualquier mañana de estas en sus oficinas. ¿Ya he mencionado que la dirección de la editorial está en su página web?

[Tachado]

Publicado en Turia (España), diciembre de 2021.