“Vengo de un país donde treinta mil personas fueron asesinadas en nombre de la concordia. No es el único, por supuesto. Y lo que hizo con esos crímenes tampoco es excepcional. Primero juzgó a sus principales responsables. Luego los indultó. Dos décadas más tarde, cuando estuvo en condiciones de hacerlo, volvió a juzgarlos –y junto con ellos, a otros– y los condenó nuevamente, por delitos sobre los que los jueces más calificados de una Justicia independiente no albergaron ninguna duda razonable. Veinte años después, los más jóvenes comenzaron a cuestionar la existencia de esos crímenes y a exigir más de su tipo, cada uno de ellos, como en la ocasión anterior, destinado, irónicamente, a sembrar el amor en la sociedad. Votaron a quien les prometió esas atrocidades: toda la política del nuevo Gobierno argentino se resume en crear las condiciones para que se produzcan.” [Sigue leyendo]

elDiario.es, abril de 2024.