5 de mayo: A los madrileños les dieron a elegir entre democracia y fascismo y escogieron, siendo consecuentes con su verdadera naturaleza, que en ocasiones olvidan, el segundo; de hecho, lo que eligieron fue la versión más aparentemente democrática del fascismo, y es posible que la próxima vez lo escojan directamente, ya liberados de sus últimas reservas. La noticia no es menos inquietante por predecible, y uno podría refugiarse en la satisfacción de quien asegura “yo te lo dije”, pero hace tiempo que ya no juega esos juegos. Los enemigos de las nuevas autoridades son los derechos de las mujeres, los menores que llegan al país a menudo escapando de situaciones de guerra y de abusos, los inmigrantes y la defensa de un modo de vida que sencillamente es el orden económico que dejó el franquismo, prueba palpable de que ese totalitarismo no ha terminado. Mientras tanto, y como siempre, los intelectuales se volcaron con una izquierda imaginaria cuyo líder ya había anunciado que dejaba la política para hacer negocios y hoy están desconsolados. Uno afirma en su columna que, en su pureza ideológica, no puede “comprender” lo sucedido. No sorprende. El fracaso de las ideas democráticas en este país es producto directo de la imposibilidad de sus “intelectuales” de “comprender” cualquier cosa, excepto sus más íntimas necesidades y las del mercado. [Sigue leyendo]

La Agenda de Buenos Aires, 13 de mayo de 2021.