“Cuando se leen novelas de esta calidad, piensa el crítico que por fortuna se escriben libros así. Compensan tanta superficialidad del discurso público o tanta repetición del literario. Hay cosas que únicamente la literatura puede rescatar. Entre otras, la complejidad, puesto que el vocablo fascismo y su uso como adjetivo, tan simplista y reductor, nos ha hecho olvidar que hubo una verdadera fascinación por parte de grandes artistas de la palabra o de la imagen.” [Sigue leyendo]

ABC Cultural, 19 de abril de 2016.