“En sus estertores hacia 1945, Patricio Pron inventa un Congreso de Escritores Fascistas Europeos en su última novela No derrames lágrimas por nadie que viva en estas calles, al que hace acudir a una veintena o más de escritores reales e inventados, es decir novelados, a discutir sobre literatura y política. Entendida en el marco del futurismo, la discusión implica necesariamente la aplicación a la vida diaria de esa literatura, y por lo tanto su capacidad de acción para que el arte no quede en la mera esfera de la ficción e invención. Sin más, que sea un motivo y motor para intentar cambiar la realidad… sin importar el precio.” [Sigue leyendo]

Revista Arcadia (Colombia), marzo de 2016.