“Dos más dos es cuatro, cuatro más cuatro es ocho, el ocho es el símbolo de una progresión sin final, etcétera. Para los numerólogos, 2024 va a ser –ya está siendo– un buen año. Para quienes preferimos otro tipo de números, y tenemos un entusiasmo moderado por el pensamiento mágico, puede que vaya a ser un desastre. Prácticamente la mitad de la población mundial vota este año, en más de setenta países. Y lo hace condicionada por el nihilismo de sus fuerzas políticas, la radicalización y fragmentación de la sociedad –un fenómeno que es producto de, y se expresa en, la desaparición de la franja media de ingresos: el centro cederá–, la emergencia de tecnologías disruptivas, la desinformación y un empobrecimiento de la discusión pública como consecuencia de una pérdida de la calidad de la educación que es perceptible con cualquiera de los métodos de medición que se empleen, incluyendo la observación directa.” [Sigue leyendo]

 

elDiario.es (España), febrero de 2024.