“Michel Leiris vivió a lo largo de una existencia relativamente prolongada al menos dos vidas, como todos nosotros: una diurna, en cuyo transcurso participó de la revolución surrealista, realizó numerosos viajes en su condición de etnógrafo y destacó como uno de los escritores franceses más importantes del siglo, y otra nocturna, en la que visitó a su hermano en un hospital del cual éste era el único paciente, fue disparado a través de un cañón u obligado a permanecer en lo alto de una columna por una prostituta. ‘Ninguna persona viva sabe lo suficiente para escribir’, afirmó Ezra Pound; pero Leiris, que produjo bastante (incluyendo la novela surrealista Aurora y los textos autobiográficos Edad de hombre y La regla del juego), no se resignó a esperar un cambio de situación que le permitiera (improbablemente) escribir, sino que lo hizo acerca de lo que no sabía ni comprendía por completo, y entre el 15 de marzo de 1923 y el 7 de noviembre de 1960 mantuvo un diario de sueños.” [Sigue leyendo]

La Tempestad (Ciudad de México), septiembre de 2020.