“Una parte considerable de los problemas que hacen a la valoración de la obra de arte confluyen en la falsificación: el de qué es un autor, el de a quién le “pertenece” esa obra, el de qué es la “originalidad” y cómo puede ser evaluada si no es en relación con otros elementos (que ponen su pretensión de exclusividad en entredicho), el de cómo se cierra una obra artística y quién lo determina; por último, el de los vínculos siempre problemáticos entre arte y verdad, entre arte y moral dominante, entre arte y dinero.” [Sigue leyendo]

Letras Libres. Ciudad de México y Madrid, febrero de 2019.