“Seinfeld, la línea telefónica de Atención al Ciudadano del Ayuntamiento de Madrid, el sexo con Alvy Singer, que te expulsen de Airbnb, la pena de muerte… Un artículo reciente en una revista estadounidense enumeraba un puñado de cosas que fueron consideradas “kafkianas” en los últimos años, incluyendo la red de metro de la ciudad de Nueva York, La pasión según G. H. de Clarice Lispector, IKEA y las comparaciones entre Justin Bieber y Brad Pitt. La Real Academia Española de la Lengua, institución a la que siempre conviene citar cuando se desea saber
qué cosa no es una palabra, define el término del siguiente modo: ‘Dicho de una situación: Absurda, angustiosa’, y esta vez acierta. Son kafkianas la persecución de los homosexuales en Rusia, el acoso legal a Julian Assange y la cuenta de Twitter de Donald Trump, además del sistema sanitario estadounidense, la imposibilidad de escapar de los discursos de odio en redes sociales y la falta de viviendas asequibles en las principales ciudades. La vegetariana de Han Kang es kafkiana, del mismo modo en que lo son El quimérico inquilino de Topor y Los inconsolables de Kazuo Ishiguro. El poder de Amazon es kafkiano. Ir al médico especialista en España también lo es. La batalla legal por los papeles de Franz Kafka lo sería si no fuese demasiado obvio.” [Sigue leyendo]

La Agenda (Buenos Aires), noviembre de 2023.