“Como se nos anuncia al principio del relato, después de una formidable descripción, caótica, hiperrealista, que una bomba queda suspendida, en el aire, sobre las cabezas de un grupo de soldados y mandos medios que ocupan una trinchera, el lector puede tener la certeza de que Patricio Pron no elige una forma tradicional de contar sobre una guerra. Esas cosas no pasan. O sí. Convengamos que no se trata de una alucinación. Tampoco de una simple pesadilla. Es. Hay una bomba suspendida en el aire […]” [Sigue leyendo]

 

Caras y Caretas. Buenos Aires, abril de 2015.