“‘Nuestras diferencias son superficiales y expresan una similitud mayor de lo que podría parecernos’, me dijo. Estábamos en su pub favorito de Hampstead, y Edward —que trabaja en una de las principales revistas de literatura del país y conoce un poco a los argentinos— llevaba unos minutos pensando en voz alta acerca del hecho de que él y yo fuimos enemigos alguna vez: en aquella ocasión, sin saber por qué; y, después, no sabiendo bien si seguimos siéndolo. Borges era de la misma opinión que él, por cierto; pero en Borges la frase tiene algo de predecible, si se consideran su formación y sus gustos, además de su nacionalidad. Para un inglés, en cambio, manifestarse contra la supuesta excepción británica es quedarse sin nada que llevarse a la boca, como suele decirse.” [Sigue leyendo]

La Agenda (Buenos Aires), enero de 2023.