“Pron ha mostrado siempre, también, un particular interés por los entresijos del mundo literario, pero, sobre todo, por el valor y el sentido que tiene la literatura. Retrata, sin ir más lejos, con ironía y desazón (en ‘Un jodido día perfecto sobre la Tierra’), los concursos literarios, un mundo en sí mismo en el que la mediocridad lo envuelve todo (absolutamente todo), pero en el que a veces surge un atisbo de literatura. Pron incluso se burla, en cierta medida, de sí mismo, de su actividad literaria y de toda la parafernalia que rodea a la literatura en ‘Éste es el futuro que tanto temías en el pasado’. Estas reflexiones sobre el ejercicio de la literatura y sobre lo que representa ser escritor están amalgamadas con trazos autobiográficos que el autor va deslizando en las narraciones, dando la impresión, por ejemplo (en ‘Es el realismo’), de que Pron está dibujando su ‘proyecto literario’, una vez dejada atrás la tierra patria y a vueltas con el afán de abandonarlo todo, incluso la escritura, pues ¿no es acaso autobiográfico el hecho de que el escritor protagonista de Es el realismo, P por más señas, deje caer su interés por ‘las formas breves’ o el ‘género’ fantástico? Está claro, en todo caso (aquí se desvela la esencia del asunto) que el escritor, P una vez más, aspira a escribir aquello que no se ha escrito, es decir, aquello que no ha leído. Aletea en los relatos, en este sentido, un afán incontenible de escribir, de llegar a ser un escritor, alguien que seguramente escribe para sí mismo y que se desempeña con una ‘entrega absoluta a la literatura y sus demandas siempre contradictorias’” [Sigue leyendo]

La Opinión de Murcia (España), junio de 2022.