«El planteamiento de Mañana tendremos otros nombres nos habla de la ruptura de una pareja (Él y Ella, de los que nunca sabremos los nombres, como de ningún otro personaje de la novela) en el momento en que se produce. Asistimos a cómo el Pangea empieza a moverse, separarse, disolver lo cotidiano. Este es el nervio de la narración (el fin del principio) que siempre tenemos delante de los ojos, pero la apuesta ambiciosa de Pron es, como sostenía T. S. Eliot respecto de la función de la poesía, no explicar qué me pasa, sino qué pasa. Y así, alrededor de la pareja, afectados por las decisiones y titubeos de Él y Ella, vemos el mundo, una porción del mismo, líquido, indestructible, inasible como el mercurio de un viejo termómetro al romperse.» [Sigue leyendo]

Babelia/El País (España), abril de 2019.