«Gornick traza un arco ejemplar entre un puñado de ‘notables’ novelas escritas a finales del siglo XIX y principios del XX cuya protagonista ‘ha mirado más allá y ha visto lo que le deparará el futuro’ —un matrimonio que, a la manera de una farsa, sólo le dará ‘un desapego interior, frío y lacio’— hasta las ficciones desencantadas de John Cheever, Grace Paley y Raymond Carver, que ya han internalizado la experiencia esencial de la generación de la autora, ‘la horrible y total consciencia de que en realidad el amor, pese a toda la insistencia que podamos poner en los sentimientos, no nos va a resolver la papeleta’; no siempre consigue explicarse con claridad —habla de páginas que ‘titilan y llamean’ y de que cierta prosa ‘es un globo ocular negro y destellante presionado contra su propio material’, por ejemplo: la habituación no debería hacernos olvidar que esto es simplemente mala literatura—, pero es inteligible y precisa al sostener acertadamente que ‘cuando un escritor se consagra a contar un relato basado en una experiencia que, en la práctica, se ha vuelto ritual’, la de la relación amorosa como descubrimiento y resolución, está produciendo literatura conservadora, ‘de mala fe’. Que, por el contrario, el amor ‘es necesario pero insuficiente: no puede hacer por nosotros lo que debemos hacer por nosotros mismos’, es una verdad desoladora pero necesaria, que todos aprendemos de un modo u otro, en algún momento.» [Sigue leyendo]

Babelia, El País (España), diciembre de 2022.