“¿Por qué el curso de los acontecimientos mundiales no podría haber sido planeado por un grupo de familias de la élite hace cientos, incluso miles de años?”, se pregunta James Meek en la London Review of Books. “¿Por qué —como insisten los seguidores de la teoría de la conspiración estadounidense conocida como QAnon— no podría un grupo de políticos, magnates y celebridades estar secuestrando y torturando niños?”. Las mejores teorías de la conspiración dan sentido a lo que siempre ha parecido no tenerlo, reflexiona el escritor Rich Cohen en The Paris Review. “Permiten creer que finalmente estás conectando los puntos, encontrando las piezas que faltan, experimentando el mundo como realmente es”. [Sigue leyendo]

Ideas/El País, diciembre de 2020.