[…]

—Pero independientemente de esta cuestión formal, lo que me parece que hay, y que tiene que ver con el modo en que fueron leídos ciertos textos, es cierto interés por lo que puede ser más cool. Quiero decir, ni Abelardo Castillo ni Andrés Rivera han sido autores cool nunca.

—Bueno, yo tenía esa impresión de alguna forma. Quizás no sean autores cool pero sí han sido autores influyentes.

—Al mismo tiempo, y por más que uno pelee permanentemente para distinguir autor de narrador, muchas veces se hace difícil. Sobre todo ahora, que hay acceso a la información completa de quiénes están detrás de los textos y uno ve y dice: esta persona nació acá, vivió allá, estuvo allá, estuvo en tal momento. Entonces ahí hacés una lectura realista siempre.

—Sí, en realidad esta confusión entre autor y narrador es permanente. Es también, como decíamos antes, productiva en el sentido de que permite extrapolaciones y, de a ratos, confusiones que dejan de ser percibidas como confusiones cuando pasan a integrar el orden de aquello que se cree firmemente acerca de un autor o una autora. [Sigue leyendo]

Infobae. Buenos Aires, 21 de octubre de 2017.