“Me vienen a la cabeza, a la hora de describir Nosotros caminamos en sueños, sensaciones encontradas que batallan por ganar. La primera, haber leído algo tan bueno que hasta la saliva se agota a la hora de hablar de las bondades de esta obra. Quizá sea porque en este monólogo ininterrumpido en que nos envuelve Patricio Pron la verdadera naturaleza humana es radiografiada en su mayor expresión. Somos animales que luchan, aunque no entiendan nada de lo que pasa a su alrededor, pero luchan. La segunda de esas emociones viene de la mano de un compañero que me preguntó cuando vio lo que estaba leyendo: ¿pero de verdad se necesitan más novelas sobre guerra? Y uno se pone a pensar si será eso cierto, si en realidad es posible que estemos agotados, como lectores, de historias que tengan que ver con guerras –sean imaginarias o no– y todo el sinsabor que dejan tras su paso. Pero después me sobreviene esta lectura, su final, el hecho de cerrar la última página y me doy cuenta que no, que son necesarias, que quizás hayan muchas historias parecidas, pero que ninguna está escrita como esta, así, desde las tripas, desde el vómito que nace del estómago y que lo suelta todo, dejándonos empantanados sí, pero diferentes también, con ese toque que da la literatura para algunos que, como yo, disfrutamos de meternos en el fango y de sabernos complicados en un mundo donde parece primar lo simple.” [Sigue leyendo]