“No había muchos que pudieran dormir después de las clases de Ricardo Piglia: como recuerdan sus alumnos, su efecto duraba horas y era el que corresponde a observar una inteligencia mayúscula pensando y pensándose: entusiasmo, encantamiento, gratitud, un deseo irrefrenable de leer mejor y más. ‘Las clases tienen mala prensa’, observó Piglia, por su parte, ‘suelen ser consideradas algo completamente ajeno a lo que sería la circulación en los medios de masas, [pero] a mí me pareció importantísimo no sólo llevar la literatura a un espacio como la televisión, sino también llevar el formato de la clase, que tiene, como sabemos, algo de teatral y tiene también una larguísima tradición como forma de transmitir la experiencia, de transmitir ciertos saberes’, dijo. El resultado fueron cuatro entregas de un programa en la televisión pública argentina en 2012 cuya transcripción se publica ahora en una edición al cuidado de Luisa Fernández.” [Sigue leyendo]

Babelia/El País, agosto de 2022.