“Moore funda sus opiniones en un conocimiento profundo de aquello de lo que habla, algo especialmente visible en el caso de los autores que más parecen interesarle, como John Cheever, V. S. Pritchett, Don DeLillo, Margaret Atwood, Joyce Carol Oates, etcétera (lo cual no excluye que, al menos en una ocasión, se pregunte, como tantos críticos antes y después de ella: ‘¿Qué clase de libro de mierda es este?’), pero no duda en dar cuenta del carácter parcial de sus juicios con expresiones como ‘quizás’, ‘es posible’ y ‘tal vez’: no es coquetería, sino una forma válida de poner de manifiesto que quien habla es ella y no otro sin necesidad de recurrir a la bobería de la primera persona.” [Sigue leyendo]

Babelia (El País), febrero de 2020.