“‘Por un lado, están las ciudades de los vivos, pobladas por muertos. Y por otro están las ciudades de los muertos, las únicas donde la vida todavía tiene sentido. […] Lo que echaba tanto de menos era el sentimiento de absoluta libertad que en Roma era sinónimo de ruina, anarquía y abandono, y lo que añoraba era la certeza, en ciertos momentos vertiginosa, de poder vivir como simples expresiones humanas, en estado salvaje, liberados de las riendas de un Estado e incluso de los vínculos de una comunidad que aspira a llamarse un pueblo. Si la ciudad era verdaderamente eterna, no podía existir pasado alguno, no existía en consecuencia un presente que respetar, ni un futuro para el que prepararse.’ (Nicola Lagioia en La ciudad de los vivos.)” [Sigue leyendo]

La Agenda de Buenos Aires, 24 de marzo de 2022.