“NOF4 o Nanof o (más puerilmente) Fernando Oreste Nannetti escribió estas palabras y otras similares en los muros del patio del manicomio de San Gerolamo en Volterra con la punta metálica de la hebilla del chaleco de su uniforme de loco a lo largo de veinte años (1959-1979) a lo largo de setenta metros; hoy sólo se conserva un tercio de su ‘libro’, pero su contenido ha llegado a nosotros prácticamente íntegro gracias a Aldo Trafeli, un celador que había estudiado Arte en Florencia y lo transcribió y ‘tradujo’. Nannetti ‘trazaba un marco en la pared: una página, y escribía dentro’ en un intento de, literalmente, ‘hablar a través del muro’ de la institución psiquiátrica, como afirma Raúl Quinto en su nuevo libro (La canción de NOF4. Zaragoza: Jekyll & Jill, 2021). La ‘obra’ de ‘Nanof’ es un bustrófedon; es decir, ha sido escrita de izquierda a derecha y, a continuación, en la línea siguiente, de derecha a izquierda, y contiene letras de una singular belleza pero también figuras geométricas, dibujos de antenas de electricidad, telescopios, naves espaciales, casas, un hombre comiendo espaguetis; en ella, Nannetti se atribuye una genealogía imaginaria, se define como ‘ingeniero de minas en el sistema mental’ y ‘coronel de Astronáutica Mineral Astral y Terrestre’ así como emperador de Francia (‘incluidas sus colonias’), afirma que el contenido de su obra le es dictado telepáticamente por unas ‘antenas de electricidad’ y constata una y otra vez que ‘la luz y el sonido tienen la misma longitud de onda’. Quizás haya sido ‘el último gran poeta futurista y el primer poeta del futuro’; según parece, lo internaron tras insultar a un policía.” [Sigue leyendo]

La Agenda de Buenos Aires, mayo de 2021.