“Hay algo profundamente estadounidense en su literatura, y no sólo se encuentra en el hecho de que casi todos sus relatos transcurren en el Medio Oeste de ese país: los personajes de Hempel se debaten entre su deseo de ser libres y su anhelo de pertenencia, entre el individualismo y la compasión que Robert Frost llamó en una oportunidad las dos mentalidades, la republicana y la demócrata, que dominan la sociedad de ese país. Pero su mensaje es universal, y se manifiesta en la que quizás sea la principal debilidad de estos relatos, el hecho de que, casi en todas las ocasiones, sus narradores son mujeres narrando “en primera persona”. Hempel no parece inclinada a cambiar lo que le da resultado; sus cuentos tienden a tener narradoras y protagonistas muy similares, así como a hacer que tropecemos con ellas en el momento en que echan la vista atrás a su divorcio o a una muerte, razón por la que tal vez debamos leer sus Cuentos completos, por ejemplo, imponiéndonos pausas entre los libros que los componen. Lo mismo sucede con la relación que los personajes establecen con los animales —perros, gatos, corderos…— y que suele ser siempre la misma: los animales en estos relatos no son nunca “reflejo” de las personas ni una metáfora de nada —”¡Nada de metáforas! Ninguna cosa es como otra cosa”, advierte la narradora de ‘Cántale’—, sino una extrañeza agregada a un desconcierto mayor, el de estar vivos en estos tiempos.” [Sigue leyendo]

Babelia/El País, agosto de 2023.