«El planteamiento argumental es, de este modo, inverso al de la novela romántica y no digamos ya al de la literatura rosa. En vez de estar ante la clásica batalla de ‘dos contra el mundo’, estamos ante la del ‘mundo contra dos’ y ganando en apariencia ese mundo que no es ya el del «amor revolucionario» de Alberoni sino el del «amor líquido» de Bauman; el del capitalismo deshumanizado, el consumismo sentimental, el mercantilismo erótico y la afectividad tan virtual como las mismas ofertas sexuales de Internet; el de los manuales de autoayuda y las reinvenciones personales; el de las redes sociales, los chats de WhatsApp y la rescisión de amigos ‘tóxicos’ con problemas laborales, psicológicos o de salud; el de la denominada ‘generación Tinder’, esa aplicación geosocial que facilita al usuario la comunicación con otros seres guiándose por una robótica identificación de datos personales y recetas de gustos coincidentes o compatibles para fijar ocasionales encuentros.» [Sigue leyendo]

El Correo (España), abril de 2019.