“‘A mí lo que más me interesa no es tanto lo que sé, sino más bien lo que me falta por saber’, dice el escritor en entrevista con Laberinto. ‘Cuando descubrí qué me faltaba por saber, entre muchas otras cosas todo lo relacionado con el arte contemporáneo, me convertí en alguien que fue a por el arte contemporáneo, y ahí, en ese proceso, descubrí que los artistas contemporáneos tienen algunas cosas que no encuentro en la ficción contemporánea, como por ejemplo la compresión de las formas artísticas y su sentido del humor, así como el compromiso de muchos de los artistas que lo practican por ampliar el repertorio de posibilidades, por dar a los espectadores una exhibición de algo que no hayan visto antes, un tipo de actitud que no encuentro tan presente en la literatura contemporánea, la cual funciona más bien mediante la repetición de lugares comunes de moda, como lo son en este momento la paternidad, la maternidad o el trauma, cosas que se repiten incesantemente y que me interesan menos que el tipo de experiencia que propone el arte contemporáneo, que aspira a ampliar el mundo del espectador y no a reducirlo mediante la repetición de lo ya visto, escuchado o leído.’” [Sigue leyendo]

Milenio (Ciudad de México), julio de 2024.