Usted comparaba su anterior novela con un poliedro, ¿esa comparación es aplicable a sus relatos?

 

Al margen del prejuicio tan extendido donde el cuento sería un género menor en relación con la novela o presentaría una menor complejidad, creo que los cuentos pueden ser también una especie de poliedro, sí, un espejo de múltiples caras o un objeto semejante. Un cuento puede ser todo aquello que queramos que sea. Escribir estos cuentos era una forma de poner de manifiesto que el cuento en español, que está viviendo un momento dulce, tiene unas posibilidades ilimitadas. Un cuento no tiene por qué consistir sólo en una introducción, un nudo y un desenlace. [Sigue leyendo]

ABC. Sevilla, marzo de 2018.