R: […] Cuando uno escribe un libro, el título adquiere en manos de los lectores y del contexto un significado distinto. Pensándolo bien este título que era un consejo que yo me daba a mí mismo se ha convertido en algo más general cuando pensamos en el hecho de que para los personajes del libro eso que está y no se usa es el pasado o una segunda oportunidad, un momento en el que sus vidas pudieron tomar otra dirección, no se sabe si mejor, pero sí distinta. Este exceso de pasado que tienen los personajes y que es una experiencia contemporánea también se vincula de una forma misteriosa con el título del libro.

 

P: ¿Por qué decidió escribir cuentos en vez de una novela que tuviera estas características?

 

R: Escribo las dos cosas. La mejor respuesta acerca del motivo que me lleva a escribir en un momento cuentos y en otro una novela la da Juan Villoro, escritor mexicano, que dice que “los cuentos y las novelas son remedios para diferentes enfermedades”. Estas cosas funcionan un poco así, uno responde a un estímulo interior que en mi caso ha sido en algunos ciclos fáciles de trazar, quiero decir que de forma involuntaria casi siempre he publicado un libro de cuentos tras la publicación de una novela y tras la publicación de un libro de cuentos publicaba una novela. Esta especie de orden se ha embarrullado recientemente, pero responde a una especie de ciclo natural. Cuando estás escribiendo novelas necesitas por fuerza una constancia y el desarrollo de una rutina que a menudo no tienes y tras la publicación de la novela te sientes deseoso de ir a otros sitios, por ejemplo a los sitios en donde esa novela es publicada. [Sigue leyendo]

 

ActúaAragón, abril de 2018.