“El texto de Pron tiene la impronta de lo procesual, de aquello que se está haciendo, de lo inacabado, lo fragmentario, en el sentido de incorporar todas las vicisitudes del trabajo y romper con ese régimen de la obra terminada, bien hechita. Creo que esto se lo escuché en una entrevista que vi en internet. Esto supone recurrir a repeticiones y discontinuidades, y apelar al boceteo y a transformar el proceso en obra, como que no hay entropía o pérdida en este trabajo (eso creo que lo dijo Barthes), todo parece servir en la construcción del producto textual, tanto a nivel del genotexto como del fenotexto, dicho seminalíticamente.” [Sigue leyendo]

 

Revista Dossier. Santiago de Chile, diciembre de 2014.