“La vida interior de las plantas de interior es como es lupa que nos ayuda a entender lo que rodea a todas aquellas personas que, como nudos en una misma cuerda, acaban influyendo en la vida de otras personas, que comparten una historia aunque sus ojos digan lo contrario, aunque sus cuerpos se encuentren a metros de distancia, aunque las almas no se toquen y ni siquiera se huelan. […] Uno lee lo que escribe Pron y queda tocado –y a veces, incluso, hundido– en una especie de herida que queda abierta durante un tiempo aunque luego cicatrice. Es ese momento en el que piensas, y te gustaría decir a cualquiera que se encuentre en frente en ese momento, mierda, este libro sí que es bueno, lléveselo a casa y disfrútelo, se lo regalo, aunque esa persona sea una completa desconocida y no le hayamos visto más que unos segundos. Tener un libro así, se me ocurre así de sopetón, tendría que ser una lectura obligada, una labor de educación si se me permite el extremismo, una de esas lecturas que te lavan por dentro y por fuera y con la que después te quedas como nuevo.” [SIGUE LEYENDO]

Libros y Literatura, junio de 2014.