“Entre la tragedia y la comedia hay una fina línea que tamiza el dolor que provocan los acontecimientos luctuosos y el absurdo se encarga siempre de sobrevivir a si mismo grabándolos en las conciencias, aunque sea en escenas que sólo de vez en cuando escapan de las mazmorras del olvido. Patricio Pron, niño en vísperas de una guerra absurda, utiliza el humor y nos hace reír, porque la risa cura y es un buen argumento contra Leteo, pero deja bien claro que detrás de cada carcajada hay una muerte o muchas y que, muchas veces, la memoria no tiene motivos para sumarse a la fiesta.” [Sigue leyendo]

Aurelio Loureiro, Revista Leer (España)