“El filósofo italiano Giorgio Agamben (en relación al paradigma del Holocausto judío como medida de la barbarie humana) sostiene que no es posible desear que Auschwitz retorne eternamente, precisamente, porque nunca ha dejado de suceder; se está repitiendo siempre. Es decir, el pasado nunca es pasado. Siempre es presente, en tanto sus trazos son reinventados o vueltos a delinear, reconstruidos. Sobre todo cuando lidiamos con atrocidades que, de algún modo, fundaron un ciclo en determinado territorio. Por ello, no puede ser más acertado que Pron utilice el territorio alemán y el pasado nazi para hablar del argentino y del Proceso de Reconstrucción Nacional (eufemismo utilizado por la Junta Militar para denominar a su dictadura), y de los beneficios y peligros, las luces y sombras, que conlleva el obligatorio acercamiento a la memoria.” [Sigue leyendo]

Crítica Latinoamericana, abril de 2016.