“El humor, la ironía, el ingenio y la vocación de jugar con el lector lo hacen un digno heredero de toda la rica tradición de cuentistas argentinos e hispanoamericanos, desde el todo momento mencionado Borges hasta Cortázar, Onetti, Quiroga o el propio Juan Villoro. […] Desde ‘Un jodido día perfecto sobre la tierra’ a ‘Trofeos de amantes que han partido’, pasando por ‘Algunas palabras sobre el ciclo vital de las ranas’, el escritor novel, el escritor indeciso, el escritor frustrado, toman la palabra (nos toman la palabra, tal vez deberíamos decir), y más que estar leyendo parece que nos estemos leyendo, boquiabiertos, absortos, recorriendo ávidamente las líneas de nuestro escritor preferido y pensando con estupefacción y un punto de envidia: cuán bueno y cuántos buenos momentos nos hace pasar.” [Sigue leyendo]

 

El Biblionauta, 21 de junio de 2013.